Las principales áreas tratadas con la toxina Botulínica, suelen ser las líneas de expresión de la frente, el entrecejo, las patas de gallo, arrugas de la nariz y el cuello. La técnica consiste en inyectar pequeñas cantidades de BOTOX® a nivel de los músculos que producen las líneas de expresión.
Los efectos de la toxina, comienzan a notarse a partir de los 5 a 10 días después de su inyección y tienen un efecto aproximado de unos 6 meses. Las líneas de expresión mejoran gradualmente en un periodo de 12 semanas aproximadamente, dependiendo de cada paciente en particular. El procedimiento puede repetirse una vez desaparecidos sus efectos. La re-aplicación se sugiere cada tres o cuatro meses para mantener los músculos paralizados y permitir que las arrugas se desvanezcan.